miel-artesanal-natural-apiflor-proadech

Miel orgánica, sustentable y justa desde Chiapas

Suena bien, pero ¿qué quiere decir que una miel sea sustentable, justa y orgánica? y ¿qué significa que en México se esté produciendo este tipo de miel? Hace seis años, en 2014, cerca de 300 productores agrupados en cinco cooperativas, se unieron en Chiapas. Estos apicultores tenían en común buenas prácticas con el entorno y especial interés por su conservación. Hoy, son dueños de su propia empresa y producen miel certificada como orgánica, así como delicadas mieles diferenciadas (monoflorales). Su miel es precisamente sustentable, justa y orgánica.

La existencia de la Red de Productores Apícolas del Estado de Chiapas (PROADECH) es un ejemplo de como en México puede producirse miel que sea exquisita, con tonos de sabor únicos, y saludable, por ser miel 100% natural y contener todas sus propiedades nutricionales, pero que además su consumo beneficie directamente la economía de quienes la producen (pequeños productores de comunidades chiapanecas), y que las zonas donde se produce, estén conservadas y protegidas.

Actualmente, la red de apicultores tiene 246 integrantes de esta red, de los cuales, 157 son hombres y 89 son mujeres (el 35%). La mayoría de los miembros son indígenas, pues el 80% de los miembros y pertenecen a los grupos tzotzil, tzeltal y chol.

Miel que protege el territorio y cuida la biodiversidad 

miel-mexico-apiflor-chiapas-proadech

Además de aplicar “buenas prácticas” de producción en sus apiarios, orientadas a asegurar un proceso de producción sostenible y respetuoso con el ambiente, los miembros de PROADECH se dedican a labores de recate de semillas de plantas nativas, que crecen en invernaderos y luego usan para reforestar las áreas próximas a sus apiarios. Es decir, en la medida en que esta red prolifere, habrá más superficie natural conservada, lo cual sería una gran noticia no solo para las regiones donde se encuentran activos sus apicultores, también para todo el país y, en otra medida, para el planeta.

Los miembros de la Red de Productores Apícolas del Estado de Chiapas entienden que su economía está íntimamente ligada a la conservación de los ecosistemas circundantes. Por esta razón, y además de sus prácticas ecoamigables de producción y reforestación de zonas degradadas, también han implementado programas de educación ambiental en las escuelas de la localidad, y campañas comunitarias para el manejo inteligente de residuos y deshechos. Por estas razones todas las mieles que produce PROADECH están certificadas como productos “amigables con la biodiversidad”.

Una miel 100% natural y por lo tanto una miel saludable

miel-monofloral-biodiversidad-mexico-apiflor

Contrario a lo que ocurre con frecuencia en la producción industrial de alimentos, la PROADECH recalca entre sus propósitos no solo el cuidado del entorno natural, de su fauna y flora, también hacen explícito su compromiso con la calidad de su miel y con la salud de quien la consume: “Ponemos a su disposición miel de abeja 100% natural, sin mezclas ni alteración física o térmica que afecte las propiedades nutricionales que la miel aporta al organismo”. Además, advierten “(Nuestros productos se analizan) para constatar que nuestra producción está libre de residuos de pesticidas organoclorados y organofosforados y por tanto nuestros productos son saludables.”

Lo anterior adquiere particular valor si consideramos que increíblemente se calcula que el 30% de la miel que se comercia mundialmente en el mercado, ni siquiera es miel. 

Mieles mexicanas de ensueño

Además de su miel certificada como orgánica, y una miel multifloral de uso común, la PROADECH, vía su marca Apliflor, produce y comercializa cuatro mieles diferenciadas según su tipo de floración: campanita, canelo, cafetal y mangle. Esto quiere decir que las abejas que las producen solo se alimentan de flores de una u otra planta, es decir monoflorales. Por eso, cada una de estas mieles diferenciadas tiene un sabor único, muy distinto entre sí, y que ofrecen una experiencia extasiante, o al menos híper estética, a quien tiene la fortuna de probarlas.

Para lograrlo, deben aplicarse minuciosos procesos durante la extracción y envasado, así como pruebas de análisis posteriores para confirmar que efectivamente cada miel diferenciada corresponde exclusivamente a cada uno de los cuatro tipos. En pocas palabras, cada miel de Apiflor está comprometida con el sabor, con la nutrición y salud, con el medioambiental y con el bienestar de sus productores.

En Suum te invitamos a consumir sensiblemente, es decir, a considerar cuál es el impacto social y ambiental de los productos que adquieres. Por eso aquí promovemos productos y servicios que, como Apiflor, no solo son de gran calidad, y en ese sentido son buenos para ti, también benefician a México, a sus comunidades y pequeños productores.

Sanzekan-mezcal-artesanal-mexico

Mezcal artesanal y sustentable de la sierra de Guerrero

Hoy más que nunca debemos valorar el mezcal verdaderamente artesanal. Y nos referimos no solo al que está hecho de forma tradicional y cuidadosa, sino al que además beneficia directamente a sus productores y es respetuoso con el ambiente y los recursos naturales. Luego de más de una década del explosivo aumento en el consumo de mezcal, tanto en México como en el mundo, es fundamental hacerlo. En 2019 se produjeron más de siete millones de litros de mezcal en el país, parte de esta producción se exportó a 68 países. Por eso, vale la pena preguntarnos qué tanto beneficio aporta a los lugares y comunidades donde se produce, y qué costo para el entorno y los recursos naturales conlleva producirlo. La respuesta a esta pregunta está en el mezcal que tú decides consumir.

En las montañas de Guerrero nace una marca colectiva de maestros mezcaleros

En la región de la baja montaña de Guerrero, en los municipios de Chilapa de Álvarez, Zitlala, Ahuacuotzingo y Tixtla, un grupo de maestros mezcaleros se organizó hace tres décadas para apoyarse mutuamente, y con el tiempo crearían una marca colectiva para vender su mezcal. Desde entonces, los maestros que hoy forman parte de Sanzekan, eran conscientes de la importancia de respetar el monte, donde crecía el Agave Cupreata o maguey papalote silvestre, como le llaman en la zona. También, entendían el valor de producirlo cuidadosamente, de forma completamente artesanal, según la tradición local transmitida de una generación a otra, durante siglos.

Como empresa social le apostamos al manejo racional y sustentable de nuestros recursos naturales, es por ello que hemos implementado diversos programas que nos permitan garantizar su uso sustentable; contamos entre otros con un programas de reforestación de maguey (anualmente 1.5 millones de plántulas), se realizan obras de conservación de suelos y retención de agua, el bagazo que resulta de la producción del mezcal se utilice como abono en los campos y cada una de nuestras fábricas cuenta con biofiltros para el tratamiento de aguas residuales.

sansekan-mezcal-artesanal-guerrero

Sansekan, un mezcal justo, artesanal y delicioso

Cada botella esta firmada por su productor y fechada a mano. En el reverso, se incluye una leyenda que transmite el espíritu de este mezcal:

Elaboramos el mezcal Sanzekan con Agave Cupreata, planta endémica del región del Río Balsas. No talamos selvas para cultivarlo, reforestamos y cuidamos las fuentes de agua y leña. Siguiendo la tradición de siglos, las cabezas son cocidas en hornos de piso con leña de encino, fermentadas en tinas de madera, procesadas con doble destilado en cobre y, por último, puestas a madurar exclusivamente en garrafones de vidrio. Ni el maguey ni el mezcal tienen sentido sin su gente y su cultura, por eso cuidamos también que los beneficios de nuestro producto lleguen a las comunidades y contribuyan a consolidar su patrimonio. 

En Suum te invitamos a consumir sensiblemente, es decir, a considerar cuál es el impacto social y ambiental de los productos que adquieres. Por eso aquí promovemos productos y servicios que, como Sanzekan, no solo son de gran calidad, y en ese sentido son buenos para ti, también benefician a México, a sus comunidades y pequeños productores.

Imagen principal:  Annika Boerm

Chicleros de la selva de México y su relación con el árbol del chicozapote

Por Fulvio Eccardi

El chicozapote (Manilkara zapota), de donde se obtiene el chicle, es un árbol nativo de las selvas atlánticas de Nicaragua y del Gran Petén, que abarcan parte de la Península de Yucatán, Belice y Guatemala y que son, hoy día por su tamaño, la segunda área de selva perennifolia del continente americano, sólo después del Amazonas. El chicozapote es uno de los árboles más comunes de estas selvas, y en ciertas áreas se pueden contar hasta 30 por hectárea.

Contemplar a los “chicleros” acercarse al chicozapote, tocarlo, treparlo y hacerle los cortes en la corteza por los que escurrirá el látex, es abrir una ventana a una relación muy estrecha y antigua entre el hombre y la naturaleza. La labor del chiclero es dura y muchas  veces peligrosa. Trabajar en la selva durante la época de lluvias, que es temporada de cosecha del chicle, significa andar constantemente mojado y soportar sin descanso los piquetes de los mosquitos. En ocasiones, puede suceder que un machetazo mal colocado corte la soga a la cual los chicleros se aseguran y la caída provoque graves lesiones o aun la muerte. Con un filoso machete, con el cual van aplicando incisiones en forma de zigzag desde la base del tronco hasta sus primeras ramificaciones, estos hombres, acostumbrados a intensas jornadas de trabajo, se trepan a los árboles, que llegan a medir más de cuarenta metros de altura con diámetros superiores a un metro, con la simple ayuda de garfios en las botas y una soga atada alrededor de la cintura y sujeta al tronco del árbol. Por las incisiones practicadas, el látex irá escurriendo hasta depositarse en bolsas de henequén que fijan a la base del tronco.

Según el tamaño y las veces que haya sido “chicleado”, de un chicozapote se pueden extraer de 500 gramos a dos kilogramos de látex. Al finalizar el día se recolecta el látex de las bolsas, se filtra y se pone a hervir en pailas metálicas. Poco a poco el látex va perdiendo humedad y se torna pegajoso hasta que se cuece. Una vez frío, se coloca en moldes de madera recubiertos de jabón –que evita que se pegue– y se obtienen las marquetas de chicle. Después de ser chicleado, un árbol debe “descansar” entre cinco y ocho años.

En 2009 nació Chicza, la primera goma de mascar mexicana elaborada con chicle natural, está certificada como orgánica y es biodegradable. Se fabrica en Quintana Roo en la planta industrial de Chetumal que pertenece a las cooperativas chicleras agrupadas en la empresa social Consorcio Chiclero.

 

Chicle, un “invento” mexicano

por Fulvio Eccardi 

El chicle es muy presente en la cultura contemporánea pero pocos conocen sobre su uso en tiempos prehispánicos, de dónde se obtiene y cómo el hábito de mascarlo se difundió en todo el mundo.  

“Las causas porque las mujeres mascan el tzictli (chicle en nahuátln.d.r.) es para echar la reuma y también porque no les hieda la boca … y por aquello no sean desechadas.” -– nos relata Fray Bernardino de Sahagún en su Historia General de las Cosas de Nueva España – “… por la mayor parte suélenla mascar las muchachas y mozas que ya son adultas…pero no la mascan todas en público…sino en sus casas; y las que son públicas mujeres…en todas partes, en el tiánquez(se refiere a tianguis, n.d.r.) sonando las dentelladas, como castañetas. Los hombres también mascan el tzictli…empero hácenlo en secreto.”  Entonces, en la antigua Tenochtitlán para mascar el chicle existían reglas sociales que posiblemente venían de una tradición todavía más antigua.  

El hábito de mascar chicle se mantuvo en México de manera marginal a lo largo de los siglos de la colonia hasta que la demanda de chicle natural explotó alreredor de 1920 y alcanzó el máximo durante la Segunda Guerra Mundial. El gobierno de Estados Unidos lo clasificó como materia prima estratégica para sus militares que combatían al frente, éstos lo recibían en tabletas junto con sus raciones diarias de comida.  

Chicle es el látex que se cosecha del árbol de chicozapote, especie nativa de la Selva Maya de la península de Yucatán, del norte de Guatemala y de una porción de Belice. En los años cincuenta del siglo pasado se encontraron substitutos sintéticos, derivados del petróleo, que sustituyeron al chicle natural como materia prima para la elaboración de las gomas de mascar y por ello la actividad chiclera decayó drásticamente. 

Fue hasta 2002 que en México se conformó el Consorcio Chiclero donde hoy día trabajan 1500 chicleros afiliados a 32 cooperativas que producen alrededor de 90 toneladas anuales de chicle; de éstas transforman 50 toneladas en goma de mascar –certificada orgánica en su nueva planta industrial de grado farmacéutico ubicada en ChetumalQuintana Roo, que en breve obtendrá la certificación ISO 9001 (que es el estándar internacional de carácter certificable que regula los Sistemas de Gestión de la Calidad)La goma de mascar viene en presentaciones de 15 gramos, los sabores son menta, yerbabuenalimóncanela y frutos rojos. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cooperativa indígena Tosepan Titataniske

En la Sierra Norte de Puebla, la cooperativa de productores indígenas Tosepan Titataniske, cuyo nombre significa “unidos venceremos”, cumplió 40 años de su conformación. Actualmente realizan más de 400 asambleas al mes, y tienen más de 30 mil socios del movimiento cooperativo. Su objetivo central es mejorar la calidad de vida de sus socios, manteniendo su identidad cultural y preservando sus recursos.

Para lograrlo han desarrollado en la zona distintos programas de trabajo que responden a las necesidades específicas de las comunidades, en áreas relacionadas con la producción, alimentación, salud, vivienda, educación, comunicaciones y con el mejoramiento de servicios básicos como agua potable, luz y drenaje. Es decir, buscan una vida buena.

Esta pequeña comunidad mexicana conserva el trueque desde hace 500 años

“¡Cambias! ¡cambias!”, se escucha en los pasillos del mercado del domingo de Zacualpan de Amilpas en Morelos. Es uno de los pocos sitios en México que conservan desde hace más de 500 años la manera conocida de comercio más antigua de todas: el trueque.

Desde las 6 de la mañana de los domingos llegan de pueblos y zonas rurales cercanas decenas de personas con sus productos, muchos de ellos alimentos cultivados con técnicas ancestrales. Orgánicamente orgánicos, por así decirlo…

Zacualpan de amilpas trueque

“Yo tengo 25 años viniendo a truequear. Muchos jóvenes vienen de otros pueblos a cambiar muchas cosas, desde Cuernavaca. Vienen muchos, y ya saben cuándo es el trueque”, me dice Josefina Arias, de 67 años.

El hecho de que persista el trueque en este lugar se ha hecho tan popular que en septiembre se hace la ‘Feria del Trueque’, cuenta.

Zacualpan de amilpas trueque

Zacualpan de amilpas trueque

“Lo mejor es traer cosas útiles, como aceite, maíz, u otros insumos de la cotidianidad. Le pones un precio, y entonces dependiendo de ello lo cambias por lo que necesitas”, concluye Elinda García de 66 años. A ella lo que más le cambian son los chapulines.

Zacualpan de Amilpas trueque

Aquí es sencillo imaginar el México prístino, el que vivía más ligado a la naturaleza, a la comunidad… Este es una especie de museo viviente, una alternativa auténtica al capitalismo. Y aunque también se truequean muchos productos industrializados, sobreviven la sencillez y grandeza de las artesanías y los productos de la tierra.

 

Esta nota fue originalmente publicada en masdemexico.com

El futuro será sólo de las marcas sustentables: consume con conciencia

El verbo consumir tiene hoy una carga negativa. Es entendible porque hemos abusado de este acto, lo hemos practicado de forma insostenible y, a veces, absurda. Pero en realidad todos somos, y seremos, consumidores. Desde el vientre estas consumiendo nutrientes de tu madre, y apenas llegas al mundo, exiges recursos para mantenerte con vida, comenzando por el oxígeno, el agua y el alimento.

Una vez aceptada nuestra naturaleza consumidora, entonces pasamos a lo importante. Un consumo sensible y responsable termina por ser más una especie de intercambio con el entorno y sus recursos que una búsqueda infinita de saciedad ilusoria. Sí, pareciera que la clave está en qué consumes, cómo lo consumes y de quién lo consumes. Y aquí entra una premisa decisiva: necesitamos convertirnos en consumidores, proveedores y productores sustentables (de hecho, tenemos que hacerlo ya).

El rol de las marcas en el futuro del planeta y de la humanidad

La cantidad de recursos que mueven las grandes compañías productoras y proveedoras de servicios es inmensa. Nos referimos a recursos humanos, materiales, económicos y mentales –su incidencia en el imaginario–. Por eso resulta obvio que son un ingrediente esencial en la transformación; dicho de otra forma, si no contamos con ellas (que junto con gobiernos y sociedad civil son las tres grandes fuerzas en las que se ha materializado la humanidad), difícilmente lograremos corresponder a las exigencias actuales.

¿Qué es el greenwashing (o lavado verde) de las marcas?

greenwashing-marcas-imagen

Este término se refiere a prácticas decorativas pero no sustanciales y en algunos casos falsas o imprecisas, que algunas marcas presumen para “lavar” su imagen frente al público. El fenómeno surgió hace algunos años, conforme se hizo evidente la necesidad de industrias y mercados mucho más sustentables y así, más consumidores comenzaron a exigir que las marcas dejaran de ser un motor de destrucción y, en cambio, adoptaran políticas que beneficiaran al entorno, tanto social como medioambiental. Los primeros lavadores verdes fueron, como era de esperarse, dos de las compañías más contaminantes del planeta: la petrolera Chevron y la empresa de químicos DuPont. Los esfuerzos de ambas por publicitar, a finales de los 80 y principios de los 90, una responsabilidad social y medioambiental, se contradecían por completo con los efectos medibles de sus respectivas actividades.

El greenwashing generalmente viene acompañado de recursos más destinados a delinear una falsa imagen verde que a ajustar su operación en sintonía con una genuina sustentabilidad. En el peor de los casos, tiene que ver sencillamente con un espíritu rapiñero; en muchos otros responde a una cierta torpeza o incapacidad de adoptar una nueva cultura en su filosofía y procedimientos. Algo similar ocurre, por cierto, entre las personas. A fin de cuentas no es fácil reimaginar tu cultura, sea individual o corporativa. Sin embargo, ya llegamos a un punto donde no tenemos opción: difícil darle sentido a tu existencia, o aspirar a preservar nuestra especie y su entorno si no cambiamos aceleradamente.

Las principales prácticas de greenwashing

Seguramente te has enfrentado a más prácticas de verdosa ficción de las que te imaginas. Por ejemplo, muchos productos que claman ser biodegradables pero no especifican en realidad cuánto tiempo toman en degradarse; otros presumen medidas ecoamigables pero jamás transparentan sus procesos operativos y, por ende, es imposible comprobar que realmente están haciéndolo. También hay productos o servicios ecológicos per se, pero cuyo proceso de producción, a diferencia del producto final, es profundamente nocivo, por ejemplo: un foco LED, cuyo proceso de producción contamina y además explota a los trabajadores. Pero sin duda, la predilecta de algunas marcas es la incursión en campañas de saneamiento o regeneración, incluso acciones masivas, pero cuyos beneficios son minúsculos en proporción al daño que producen sus actividades permanentes. ¿Te suena familiar?

 

¿Cómo acelerar la transición hacia un futuro de marcas sustentables y comprometidas?

Dado que la esencia de una marca tiene como fin primordial vender, el mejor aliciente que puede tener una compañía para hacerse responsable frente al entorno es la preferencia de los consumidores. Es decir, en la medida en que más personas privilegien aquellos productos y servicios que no depreden el ambiente y se preocupen por hacer las cosas bien, más compañías se verán inspiradas y de hecho obligadas a transformarse. Otro ingrediente, aunque más complejo por la cantidad de intereses implícitos, tiene que ver con políticas públicas (un ejemplo es la implementación obligada de un etiquetado transparente que revele al consumidor los componentes y efectos alrededor de un producto).

¿Qué es el consumo responsable?

Básicamente es cuando alguien decide qué consumir bajo un criterio que considere el impacto social, el medioambiental y la calidad de un producto o servicio. El requisito para practicarlo es informarte sobre lo que hay detrás de cada cosa que consumes y siempre privilegiar la calidad por sobre la cantidad (y cuando sea posible, también por sobre el precio). ¿Quién lo produce?, ¿en qué condiciones?, ¿es bueno para ti y para el entorno? Aquí hay que admitir que difícilmente existirá la marca o compañía perfecta. Tenemos que entender que tampoco podemos exigirles, como consumidores, medidas o plazos simplemente inviables. En cambio, tenemos que desarrollar la capacidad de discernir cuando una compañía realmente está apuntando a nuevas políticas.

¿Cómo practicarlo?

Al decidir qué consumirás y a quién se lo vas consumir, premias a quienes están haciéndolo bien. Estos son, obviamente, numerosos productores artesanales y locales, pero también grandes marcas que están sintonizándose con los valores fundamentales en estos tiempos. Para discernir quién lo está haciendo, lee las etiquetas, pero también dedica unos minutos a investigar sobre esa marca o línea. Consulta también información de organizaciones u organismos dedicados a monitorear el asunto. Considera que al consumir responsablemente promueves que otras marcas tengan que cambiar, reconoces a quien ya lo está haciendo y, en suma, alimentas una filosofía más sana y justa de relacionarnos con el entorno.

¿Y las marcas?

Pues tendrán que implementar, en caso de que no lo hayan hecho, un análisis crítico de su impacto integral. Luego, trazar una ruta estratégica, idealmente ambiciosa, para desintoxicar su operación y acercarse a la sustentabilidad. Finalmente, comunicarlo como lo que es: una cualidad adicional que cada vez irá teniendo mayor relevancia para más consumidores. ¿Sabías que más de la mitad del presupuesto de consumo millennial se gasta en productos y marcas sustentables, incluso cuando son más caros?

Las marcas tienen que reimaginar sus narrativas. No nos referimos a los recursos marketingueros, sino a la forma misma de insertarse en la realidad. No es indispensable sacar una “ecolínea” de sus productos, incrustar símbolos ecológicos en sus etiquetas o recurrir a eslóganes verdes. En cambio, se trata de materializar un compromiso y demostrar una sensibilidad frente a las nuevas exigencias. Las marcas deben asumir su responsabilidad y esforzarse por encontrar modelos más eficientes, y no descartemos más rentables, pero que no atenten contra el medioambiente o la salud pública, ni contra la sociedad en su conjunto. Si lo logran, hay millones de consumidores cada día más listos para aplaudirlo.

Reproducimos esta nota con autorización de ecoosfera.com

Los nuevos alimentos en la canasta básica mexicana: por una evolución de la alimentación

México tiene un increíble legado desde su tierra: una alimentación insuperable; muy saludable. El campo mexicano ha sido generoso desde hace milenios. Incluso en la antigüedad, cualquiera podía sobrevivir a base de alimentos altamente beneficiosos como el maíz, el chile y los nopales, a lo cual hay que sumar el placer de comerlos de miles de deliciosas formas. Nombrar estos alimentos, tan atractivamente culturales como necesarios en una dieta equilibrada, hace pensar lo obvio:

Es urgente que México recupere su educación alimentaria.

Sí, esa con la que este país se nutrió y creció a lo largo de los siglos.

nueva canasta basica mexica nuevos productos 17 mexico amaranto
lacritica.org

La forma como nos alimentamos depende de la confluencia de muchos factores; entre ellos están las tradiciones del país que habitamos. Pero si los legados culinarios no se cuidan, y los ingredientes ancestrales no se promueven, la dieta de una nación entera puede ir degradándose paulatinamente. Este ha sido el caso de México, que durante décadas ha experimentado una colonización alimentaria, fruto principalmente de la empresa privada.

Esta nueva alimentación empaquetada nos ha posicionado entre los países con más casos de obesidad y diabetes, e inclusive nos ha orillado, ideológicamente, a olvidar el campo (y todo lo que implica esta problemática).

Sí, la alimentación mexicana actual no es la mejor de todas, pero sin duda retomar esos valores culinarios de nuestra cultura antigua nos puede ayudar a evolucionar nuestros hábitos, estilo de vida y por supuesto, nuestra salud y bienestar colectivo.

Por todo lo anterior,  hoy queremos celebrar en Ecoosfera que la nueva canasta básica ha incluido alimentos más saludables y algunos más mexicanos.

El gobierno de México acaba de agregar 17 nuevos productos a la canasta básica para zonas de alta marginalidad, la cual incluirá importantes cultivos que sin duda evolucionarán la alimentación en México.

Los 17 nuevos productos en esta canasta básica son:

  • Carne de res
  • Carne de pollo
  • Carne de cerdo
  • Pan
  • Huevo fresco
  • Pescado seco
  • Agua purificada para leche en polvo
  • Deshidratado de Jamaica, tamarindo y horchata
  • Complementos alimenticios
  • Garbanzos
  • Chícharos
  • Gelatina
  • Frutas y verduras
  • Cacahuate
  • Ajonjolí
  • Amaranto
  • Chía

¿De qué productos ya constaba esta canasta?

  • Maíz
  • Sal de mesa
  • Frijol
  • Avena
  • Arroz
  • Pasta para sopa
  • Azúcar estándar
  • Harina de trigo
  • Harina de maíz
  • Chocolate en polvo
  • Aceite vegetal comestible
  • Galletas Marías y de animalitos
  • Atún
  • Jabón de lavandería
  • Sardina
  • Jabón de tocador
  • Leche en polvo
  • Papel higiénico
  • Chiles enlatados
  • Detergente en polvo
  • Café soluble
  • Crema dental

Los 3 cultivos clave de la nueva canasta básica

Si bien se agregaron tres nuevos tipos de carne a esta canasta básica –lo cual no es tan buena noticia para el planeta–, lo cierto es que muchos de los nuevos alimentos en ella son una fuente de proteína vegetal, y podrían ayudar a transformar radicalmente la forma en la que nos alimentamos. Te decimos por qué.

 

Amaranto

canasta-basica-mexico-17-nuevos-productos-amaranto-cultivos-4

Desde hace años, el amaranto ha sido alimento de astronautas, siendo cultivado en el espacio. Según la ONU, es una de las mayores fuentes de proteína de origen vegetal, e indudablemente ha sido clave tanto para el aporte nutricional de generaciones enteras como en la creación de soberanía alimentaria en decenas de países del continente. Por eso, en octubre de 2018 se realizó en Puebla el Primer Congreso Mundial del Amaranto, a partir de lo cual se discutió la importancia estratégica de este cultivo, así como la necesidad de revalorizar la vida campesina y lo que significa para nosotros.

 

Ajonjolí

canasta-basica-mexico-17-nuevos-productos-amaranto-cultivos-4

El ajonjolí es otra fuente de proteína, pero también es un potente antioxidante debido a sus altos niveles de fitoesteroles. Además, es ampliamente producido en México, lo que beneficiará a muchos pequeños y medianos productores de estados como Guerrero y Oaxaca –cuyos mayores clientes son, por ahora, algunas marcas de shampoo–.

 

Chía

canasta-basica-mexico-17-nuevos-productos-amaranto-cultivos-4

Pocos lo saben, pero este cultivo era muy apreciado por las culturas prehispánicas. En los últimos tiempos ha cobrado relevancia, ya que su potencia nutricional es enorme. La chía contiene altísimos niveles de omega 3, hierro, fibra y proteína. Por eso la chía se usa, entre otras cosas, para mantener el peso correcto, ya que además proporciona saciedad. Y es muy fácil de incluir en una gran variedad de platillos.

 

Y por supuesto, las frutas y las verduras…

Sin duda, la alimentación en México evolucionará…

Que estos cultivos ancestrales hayan sido agregados a la canasta básica –la cual distribuirán las tiendas de la Seguridad Alimentaria Mexicana–, no sólo es una forma de resguardar nuestras tradiciones y nuestro patrimonio alimenticio. También es una forma de ampliar la conciencia colectiva sobre nutrición y promover nuevos y mejores hábitos.

Además, incluir cultivos como el amaranto puede ayudar a promover una ruralidad moderna, la cual haga atractiva la vida campesina para las nuevas generaciones en México. Esto, de acuerdo con la ONU, es clave para un futuro sustentable. Y no sólo en nuestro país, sino en el mundo.

Pero queda pendiente que esta ampliación alcance también a la canasta básica del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Esta canasta consta de 82 productos y es realizada a partir de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares. No incluye amaranto, chía ni ajonjolí, lo cual demuestra que la mayoría de la población no consume estos superalimentos (y eso debe cambiar).

 

* Imágenes: 1) Puente México; 2, 3) CC; 4) Flickr treehouse1977

 

Esta nota fue originalmente publicada en ecoosfera.com

El mezcal, el tequila y el cacao: alimentos mexicanos que podrían desaparecer junto con las abejas

El desequilibrio ambiental y el radical cambio climático que, según la ONU, será irreversible para el año 2030 si no hacemos nada ahora, puede significar nuestra extinción en el largo plazo. Pero en el corto plazo, esto puede dejarnos sin nuestros alimentos favoritos. Y es que el 80% de las plantas silvestres y el 70% de los cultivos dependen de la polinización y –¡oh, sorpresa!– nuestras principales polinizadoras, las abejas, están muriendo.

En una investigación realizada por científicos de la UNAM se concluyó que alimentos clave en la tradición culinaria mexicana, como el mezcal, el tequila, el cacao, el café, el chile y el frijol están en riesgo de desaparecer. O por lo menos, de escasear severamente en poco tiempo.

Según dijo César Domínguez Pérez-Tejada, director general de Divulgación de la Ciencia, durante la ceremonia de apertura de la exposición Vínculos invisibles. Polinizadores y biodiversidad, en Universum, 236 especies de plantas que nutren a la especie humana dependen de la polinización –realizada por abejas, avispas, mariposas y murciélagos, entre otros– y otras tantas, que se utilizan tanto en la medicina tradicional como en la farmacéutica, también están en riesgo.

El patrimonio culinario y nuestra medicina tradicional están en riesgo.

Esto nos pone a pensar en el riesgo en el que, en todo el mundo, la crisis ambiental está poniendo a la nutrición humana. Y también al peligro inminente de extinción en el que se encuentran decenas de tradiciones culinarias. Y ni hablar de todas las costumbres que rodean a la alimentación. Entre las bebidas que están en riesgo, el café, el tequila y el mezcal son tres que son indispensables para cientos de rituales. La extinción de las abejas será, así, la extinción de muchas de nuestras costumbres. Y, lamentablemente, en México las abejas se están extinguiendo a un ritmo vertiginoso: según investigadores de la UNAM, hemos perdido 1,600 millones de abejas en sólo 4 años.

 

Casos paradigmáticos

¿Tendremos que resignarnos a polinizar a mano? Parece que así será la distópica agricultura del futuro. No obstante, esto no sería nuevo, pues lamentablemente ya ha pasado.

En el suroeste de China, los cultivos de manzana y arroz vivieron una peculiar crisis. Ésta fue consecuencia de una sobredosis de plaguicida sobre los cultivos, lo que no sólo extinguió a las plagas, sino a las abejas. Esto orilló a los campesinos a polinizar ellos mismos cada planta de manera manual, una por una. Esto demuestra que la extinción de abejas, avispas y otros polinizadores podría trastocar la agricultura desde su técnica misma, afectando la productividad y provocando que cada vez haya menos alimentos disponibles. Eso, por supuesto, en caso de que distópicamente se aplicaran a nivel mundial las mismas técnicas improvisadas que se aplicaron en China debido a la negligencia de la industria alimenticia.

Sea como sea, el panorama es desolador, y seguramente implicará que la alimentación como la conocemos cambie radicalmente si no hacemos nada. ¿Quién diría que la crisis ambiental afectaría incluso a nuestro paladar?

 

Esta nota fue originalmente publicada en ecoosfera.com

Estos son los alimentos más y menos buenos para el ambiente según su procedencia

De entre todas las acciones que podemos llevar a cabo cotidianamente para ser más resilientes, cuidar lo que comemos quizá sea la más potente. Ello nos puede beneficiar tanto a nosotros como al medioambiente. Ahora bien, nuestras decisiones al respecto deben ser tomadas a partir de una aproximación integral al problema de la alimentación globalizada.

Porque si bien la globalización ha permitido una compartición de sabores a escalas antes insospechadas, lo cierto es que también supone la separación cada vez más grande entre nosotros y la producción de alimentos. Y aunque es posible cultivar nuestra propia comida, o bien comprar orgánico o local, rara vez toda nuestra dieta entera puede prescindir de comida cuyo origen desconocemos.

Así que, si queremos una resiliencia dietética integral, es muy buena idea que sepamos cuáles industrias contaminan más (las cuales, además, suelen ser las mismas cuyos productos tienen los peores efectos en nuestra salud). En muchos estudios, diversos investigadores se han encargado de averiguar esto, como en uno de la Universidad de Oxford en donde se estudió el impacto ambiental de más de 38,000 granjas y 1,600 procesadores en 119 países, a partir de métricas sobre la emisión de gases de efecto invernadero (GEI), contaminación ambiental y uso de tierras y recursos naturales.

alimentos-malos-y-buenos-medioambiente-dietas-ecologicas
Matador Network

Según concluyeron los investigadores, este tipo de estudios demuestran que la mejor opción, tanto para la salud del planeta como para la nuestra, es la dieta basada en plantas. La dieta vegana no sólo reduce los GEI sino también la acidificación global, y es menos violenta para la tierra, además de requerir menos recursos naturales.

Por eso, comer menos carne verdaderamente salva los ecosistemas, y realmente puede ser decisivo si queremos evitar la escasez de agua. Y es que este problema también está relacionado con cuánto ha aumentado el consumo de carne y otros productos de origen animal.

Para saber más sobre el impacto de los alimentos en nuestra salud, podemos hacer una pequeña radiografía de los mismos según algunas categorías, y a partir de ahí organizar nuestras necesidades nutricionales.

 

Alimentos buenos vs alimentos malos: ¿quiénes ganan?

Proteínas

Si bien la carne de res ocupa más territorio y su producción contamina más, otros productos de origen animal, como el queso y el cordero, usan más agua. Aunque también ciertos alimentos de origen vegetal, como los frijoles y las nueces, requieren de mucha agua. Y ni hablar del pescado: la pesca industrial está contaminando los mares, sobre todo debido a la falta de regulación en esta actividad.

Los ganadores proteicos

  • Tofu
  • Huevos
  • Granos

Leche

alimentos-malos-y-buenos-medioambiente-dietas-ecologicas

Entre la leche de vaca y la de soya, la de soya es la más sustentable, pero en exceso la soya podría no ser buena idea, así que si se consume esta leche vegetal es buena idea no consumirla en otros productos. Además, es de los cultivos que han sido objeto de interés para las transnacionales transgénicas como Monsanto, y cuyas consecuencias para nuestra salud no han quedado claras.

La leche ganadora

Lo mejor es hacer tu propia leche vegetal (por ejemplo, de amaranto), pues sea del producto que sea, estarás evadiendo todos los recursos que se gastan en la producción, incluyendo envases y transporte. La leche coco también es buena opción, pues el cultivo de éste requiere menos pesticidas y demanda en general menos recursos naturales.

 

Productos ricos en almidón

alimentos-malos-y-buenos-medioambiente-dietas-ecologicas

El arroz es el gran perdedor en esta categoría, lo cual es mala noticia para la mitad de la población, que obtiene de este cultivo la mayoría de sus necesidades calóricas. Esto es porque el arroz utiliza 1/3 de las aguas frescas del planeta al año. La avena y las patatas son una mejor opción, por lo menos frente al arroz. De todas formas el almidón es algo que debemos consumir con moderación, y podemos sacarlo de los alimentos mencionados, además de que hay algunos alimentos cuyo cultivo es menos transgresor para la naturaleza.

Los almidones ganadores

  • Maíz
  • Trigo
  • Centeno
  • Mandioca

Aceites

alimentos-malos-y-buenos-medioambiente-dietas-ecologicas

Cada vez más se vuelve una idea de sentido común que el aceite de palma es el peor, pues sus consecuencias para el medioambiente son realmente terroríficas (por eso, es clave saber cómo evadirlo). Aunque en este caso ningún aceite resulta ganador, pues el de soya, y también el de olivo, sacaron altos puntajes en las cinco categorías.

Todos estos aceites contienen ingredientes cuya depuración es complicada y costosa. En el caso del aceite de olivo estos deshechos se han vuelto excesivos, y se ha llegado a contaminar cauces de ríos e incluso mares.

 

Vegetales

alimentos-malos-y-buenos-medioambiente-dietas-ecologicas

En este caso el jitomate es el más contaminante, pues debido a su popularidad se cultiva en zonas no aptas, lo que requiere del uso de mayores recursos. En cambio, otros vegetales necesitan climas menos específicos y de menos cuidados, lo que contribuye a que tengan un menor impacto.

Cultivos ganadores

  • Cebolla
  • Puerros
  • Raíces

 

Frutas

alimentos-malos-y-buenos-medioambiente-dietas-ecologicas

Para los amantes de las bayas, malas noticias: son las más contaminantes; sólo en el cultivo de manzanas se utiliza más agua. Además, la mayoría de las bayas provienen de Estados Unidos, lo que implica que debemos tomar en cuenta el transporte de esta superfood, y su impacto en la atmósfera.

Las frutas ganadoras

  • Plátanos
  • Cítricos

 

Azúcares

alimentos-malos-y-buenos-medioambiente-dietas-ecologicas

El azúcar que resulta ganadora por excelencia es la de remolacha, aunque suele producirse en España, lo cual la hace de difícil acceso (y por eso es menos contaminante, pues no se produce en masa). En general, el azúcar no es nada amigable con el ambiente, pues según diversos estudios de World Wildlife Fund, el azúcar podría ser la mayor responsable de la pérdida de biodiversidad en el planeta. Además, para su producción se usan toneladas de pesticidas. Así que lo mejor para el planeta y para ti es no consumir azúcar.

 

Bebidas alcohólicas

alimentos-malos-y-buenos-medioambiente-dietas-ecologicas

Las bebidas alcoholicas que utilizan azúcar suelen ser las más contaminantes, pues este cultivo, como ya se mencionó, tiene serias repercusiones para el medioambiente; por eso el ron es de las bebidas cuya producción contamina más, al igual que el tequila comercial. Para la producción de whisky y vodka se usan granos, lo cual es un poco menos contaminante, pero aun así se requiere de grandes extensiones de tierra y producción agrícola.

Así que aquí no hay ganadores, pues para producir vino también se utilizan grandes cantidades de agua y tierras, aunque suele haber procesos más artesanales, mismos que también podemos encontrar en otros productos, como el mezcal, que sin duda son la opción ganadora (siempre y cuando los sepamos elegir).

 

 

Esta nota fue originalmente publicada en ecoosfera.com