En la Sierra Norte de Puebla se encuentra uno de los lugares más enigmáticos de México. Se trata de Cuetzalan, un pueblo onírico que reboza en riqueza natural y cultural. Con una población predominantemente indígena y un maravilloso mercado dominical, este lugar también se distingue por ser un centro de producción de miel de abejas nativas.
La miel virgen tiene un sabor particular y notables propiedades medicinales, y es producida por una abeja sin aguijón llamada Pisilnekmej o “abeja pequeña” (Scaptotrigona mexicana). Similar a los beneficios asociados a la miel que produce su “prima” del sureste, la famosa abeja nativa Melipona beecheii de la región maya, la miel medicinal de Cuetzalan o miel virgen, como le llaman localmente, se utiliza desde hace muchas generaciones para prevenir y aliviar diversos malestares.
En Cuetzalan la miel medicinal favorece la economía local y la conservación de la biodiversidad
Existen indicios de que en esta región se cosechaba miel desde tiempos prehispánicos. En todo caso, en Cuetzalan la meliponicultura tiene un arraigo como actividad “tradicional”, aunque a pesar de ello, hace un par de décadas parecía que se truncaría esta herencia cultural, pues cada vez menos personas la practicaban.
Por fortuna unos cuantos productores se unieron para recuperar la tradición y promoverla también como fuente de ingreso. Hoy hay más de 600 meliponicultores o productores de miel en la región, muchos de ellos son mujeres, están distribuidos en ocho municipios, y en buena parte agrupados en torno a la Unión de Cooperativas Tosepan Titataniske. Estas 600 familias viven de la producción de miel y saben que las abejas dependen de la diversidad de flores que encuentran en los cultivos y en la propia selva tropical del lugar, que está bien conservada.
Tradicionalmente, estas pequeñas abejas negras construyen su colmena dentro de dos ollas de barro encontradas “boca a boca”. Cuando es llega el tiempo de recolectar la miel, el meliponicultor simplemente desprende las ollas y, del panal que tiene , en forma de espiral, extrae la miel y el polen. Posteriormente, una de las ollas, que contiene a la abeja reina –y que no se tocó– , se une a otra olla y se sella para que continúe así la producción de miel de esa colmena.
Propiedades medicinales que se atribuyen a la miel artesanal de Cuetzalan
Su sabor es ligeramente agridulce y su consistencia es algo más líquida que la miel común –porque contiene 25% de humedad y aún cosechada continúa su proceso de fermentación natural. Se le atribuyen propiedades medicinales, como antibiótico, digestivo, antigripal y cicatrizante. Isabel Esteban Márquez, meliponicultora local, sugiere mezclarla con agua tibia y tomarla en ayunas, o recomienda también su aplicación en heridas y piquetes de insectos.
En SUUM distribuimos la “miel virgen” de Cuetzalan, que producen los socios de la cooperativa Tosepan Titataniske, bajo un esquema de comercio justo. Promovemos éste y otros productos que son buenos para ti, buenos para las economías locales y también para la conservación de la biodiversidad.