En el Rancho Pino Bonito, Michoacán, la familia Vieyra produce este mezcal artesanal desde hace seis generaciones; además, Mezcal Don Mateo fue la primera marca certificada en el estado.

Utilizan diferentes tipos de magueyes para elaborar distintos mezcales, y allí mismo, en medio de la Sierra, se llevan a cabo todos los procesos: el cuidado de magueyes silvestres, el cultivo de otros magueyes en viveros a partir de semillas; la jima de plantas maduras –que tienen entre 6 y 10 años– para obtener corazones limpios que transportan a lomo de mula hasta la vinata –conocida como palenque en otras regiones productoras.

El horno es un hoyo cavado en la tierra y forrado con piedra volcánica, en el centro se enciende el fuego usando madera verde de encino y se colocan piedras candentes para recibir los corazones de maguey que al final se cubren con hojas de palma y tierra. Así, lentamente y durante cinco días transcurre su cocimiento. Después, para la molienda utilizan un molino de aspas, el producto se vacía en una tina y se mezcla con agua de manantial para que inicie el proceso de fermentación natural que dura otros cinco días.

El último proceso es el destilado y para ello utilizan un enorme cazo de cobre martillado de Santa Clara del Cobre y sobre éste colocan un alambique tipo filipino. El mezcal se cata y califica por el maestro mezcalero y se guarda en barricas de vidrio en la oscuridad para añejarlo antes de ser envasado para el consumo.