El maridaje de queso y miel es un clásico, con quesos azules, quesos curados de oveja y quesos frescos combina muy bien.
Es común escuchar sobre maridajes entre vinos y platillos con el objetivo de lograr experiencias gastronómicas placenteras pero, en la búsqueda continua de conceptos novedosos y platillos apetitosos, hoy día los maridajes incluyen también a los quesos, los licores, el chocolate y la miel; se proponen partiendo de sus características organolépticas similares, pero también delas disímiles, porque los opuestos pueden también complementarse en maridajes por contraste.
Restaurantes y chefs incluyen en el menú “platillos de autor” buscando sorprender y conquistar paladares con nuevas sensaciones a partir de los elementos que combinan en el plato, y provocar en los comensales experiencias que les despierten recuerdos y emociones.La miel rompe ligeramente las bases del concepto clásico de maridaje que consiste en combinar un líquido y un alimento sólido. El maridaje de queso y miel es un clásico, con quesos azules, quesos curados de oveja y quesos frescos combina muy bien. En los maridajes con miel se propone una mezcla de sabores que resulten en una experiencia satisfactoria para todo aquel que la experimenta.